Tuesday, December 25, 2012

Julinho, Julio Cesar de Andrade Moura


Julinho, Julio Cesar de Andrade Moura
En los 90’s llegaron a Perú un sin número de futbolistas extranjeros de todo el orbe: argentinos, brasileros, africanos y hasta de  Bulgaria.  Venían  subidos de peso, lesionados y con férulas de yeso, con su carta pase en la mano o a prueba( es cierto aunque usted no lo crea); algunos de ellos tenían nombres  de famosos, mafiosos, basquetbolistas  y apodos muy peculiares por decir lo menos: Albino “Chulapa” Méndez,  Luciano “Pinga” Da Silva, Jordan, Capone o Lalo Maradona( el hermano Diego) entre otros.
Esa década no fue muy fructífera para el fútbol peruano que carecía de grandes figuras y los  peloteros incas en el extranjero  se podían contar en la palma de una mano y siendo generosos quizás  en dos. El año 87 apenas un equipo completo de fútbol(Alianza Lima) había fallecido en un lamentable accidente aéreo(véase  en google y Wikipedia la tragedia del Fokker) ;aquellos jugadores jóvenes y algunos experimentados sin duda iban a ser parte de la selección peruana y en algún momento hubiesen jugado en otros clubes del medio debido  los prestamos y transferencias propias del fútbol.
El fútbol peruano carecía de  buenos creativos y delanteros y es así como empiezan a arribar jugadores en las condiciones más insólitas. Venían en paquete de  a cuatro como Cincunegui, Galván, Argueso y Kropriva (sólo este último hizo carrera en Perú) y hasta técnicos en dupla como la de Lopez-Cavallero.
De la enorme pléyade de jugadores que arribaron al Perú quizás el que haya dejado mayor huella haya sido Julinho Julio Cesar de Andrade Moura.
En 1991 llegó  al Defensor Lima un jugador menudo(1.70 m)  muy rápido con el Balón.  Lo apodaban Julinho.  Carismático y sonriente, era hábil en el desborde, el clásico pericotero ;ese que lleva la pelota siempre abajo y la esconde , el que te hace un túnel o un “taco”, el que amaga y jode hasta desesperar al rival y que define rápidamente ganándole la espalda a la defensa.
Entre 1991 y 1992 hace 17 goles con el “viejo”  Defensor y en 1993 fichó por el Sporting Cristal que por esa época era dirigido por José Amaral.  Hay jugadores que a veces nacen para pertenecer a un lugar y a un club. Julinho estaba hecho a la medida del cuadro cervecero. En el Rímac se hizo un lugar y en base a buenos partidos se ganó el corazón de la hinchada. Logró ser tricampeón en 1994-1995-1996.  En 1997 se consagra subcampeón de la Copa libertadores con el  Sporting Cristal. Quizás los hinchas cerveceros los recuerdan rompiéndole la cintura a McCallister de Racing Club en una goleada 4-1 en la que el colorado tuvo que ser reemplazado por Zanetti. Julinho, tanto en Lima como en Avellaneda, se cansó de bailar a sus marcadores.
Sus goles y toque fino goles lo llevaron a la selección. Tuvo un paso breve  pero  con muy buen ánimo aceptó ser convocado y nacionalizarse. Cantaba el himno por partes con acento brasileiro pero siempre sonriendo. Tenía razones: su hijo Lucas había nacido en Perú. La hinchada celeste lo quería y la afición en general lo estimaba; si hubiese ido  cualquier equipo de Perú lo hubiesen aceptado. Julinho de esos tipos que caen bien. En los 90’s nos recibió en su casa  en San Isidro-Lima  dos veces para hacer una entrevista(la fotos de  la primera entrevista salieron veladas).
Con la selección peruana llegó  anotar un gol ante Venezuela por una eliminatoria y gritó su gol como si hubiese nacido en el Rímac o cualquier distrito del Perú. Ese gesto creo hizo que incluso hinchas de otros equipos( las rivalidades enconadas en los equipos capitalinos es inmensa) validaran su presencia en el seleccionado.  
El equipo peruano no clasificó al mundial Francia 1998 pero fue , pese a su limitaciones y la terquedad del recordado JC Oblitas, un cuadro que logró triunfos de visitantes y que se le escapó la clasificación por diferencia de goles.  Se recuerda que Perú  empató con Chile en puntos pero la dupla Zamorano-Salas se cansó de hacer goles y Perú , con un limitado Maestri, estrellaba tiros en el parante casi de memoria. Quizás debido a esa falta de contundencia Julinho fue llamado pero igual no alcanzó.
Quizás Julinho hubiera podido rendir más si hubiese sido convocado  al equipo peruano durante el tricampeonato del Sporting Cristal en 1994-1995-1995 cuando rompía cinturas a domicilio. Apenas si jugó dos partidos por la selección; en cambio en Cristal jugó desde el 1992 hasta el 2004 anotando cerca de 132 goles.
Quizás pudiéramos seguir especulando sobre Julinho y caeríamos en esa adagio peruano del “ casi  casi” o sonaríamos repetitivos como la añeja canción “ quizás, quizás, quizás”.
Como anécdota quedará que el buen Julinho compartió  equipo con el talentoso Bebeto tanto en el Vitoria y el Flamengo. Obvio que Julinho no era Bebeto pero fue un jugador correcto y hábil que tuvo la oportunidad de jugar por una selección aunque no fue la de su país natal.
Su mayor triunfo fue indudablemente fue el “tri” con el Sporting Cristal y el subcampeonato en la libertadores que irónica y tontamente, el cuadro cervecero perdió ante un deslucido Cruzeiro. La hinchada del Cristal siempre recuerda al menudo jugador  que incluso aceptó reducir su sueldo y acabar su carrera  en la escuadra del Rímac algo no muy usual en el mundo futbolero y mercenario de hoy; por eso cuando se le ve en la tribuna  o el club el Extremo Celeste siempre evoca aquello de “ y ya lo ve, ese es Julinho y su ballet”.

1 comment:

  1. A Julinho lo querían desde otras tribunas, incluso... es un tipo con mucho carisma y que quiere demasiado a este país.

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