Julinho, Julio Cesar de Andrade Moura
En los
90’s llegaron a Perú un sin número de futbolistas extranjeros de todo el orbe:
argentinos, brasileros, africanos y hasta de Bulgaria. Venían subidos de peso, lesionados y con férulas de
yeso, con su carta pase en la mano o a prueba( es cierto aunque usted no lo
crea); algunos de ellos tenían nombres de famosos, mafiosos, basquetbolistas y apodos muy peculiares por decir lo menos: Albino
“Chulapa” Méndez, Luciano “Pinga” Da
Silva, Jordan, Capone o Lalo Maradona( el hermano Diego) entre otros.
Esa
década no fue muy fructífera para el fútbol peruano que carecía de grandes
figuras y los peloteros incas en el
extranjero se podían contar en la palma de una mano y siendo generosos
quizás en dos. El año 87 apenas un
equipo completo de fútbol(Alianza Lima) había fallecido en un lamentable
accidente aéreo(véase en google y
Wikipedia la tragedia del Fokker) ;aquellos
jugadores jóvenes y algunos experimentados sin duda iban a ser parte de la
selección peruana y en algún momento hubiesen jugado en otros clubes del medio
debido los prestamos y transferencias
propias del fútbol.
El fútbol
peruano carecía de buenos creativos y
delanteros y es así como empiezan a arribar jugadores en las condiciones más insólitas.
Venían en paquete de a cuatro como
Cincunegui, Galván, Argueso y Kropriva (sólo este último hizo carrera en Perú)
y hasta técnicos en dupla como la de Lopez-Cavallero.
De la enorme
pléyade de jugadores que arribaron al Perú quizás el que haya dejado mayor
huella haya sido Julinho Julio Cesar de Andrade Moura.
En 1991
llegó al Defensor Lima un jugador
menudo(1.70 m) muy rápido con el Balón. Lo apodaban Julinho. Carismático y
sonriente, era hábil en el desborde, el clásico pericotero ;ese que lleva la pelota
siempre abajo y la esconde , el que te hace un túnel o un “taco”, el que amaga
y jode hasta desesperar al rival y que define rápidamente ganándole la espalda
a la defensa.
Entre
1991 y 1992 hace 17 goles con el “viejo” Defensor y en 1993 fichó por el
Sporting Cristal que por esa época era dirigido por José Amaral. Hay
jugadores que a veces nacen para pertenecer a un lugar y a un club. Julinho
estaba hecho a la medida del cuadro cervecero. En el Rímac se hizo un lugar y
en base a buenos partidos se ganó el corazón de la hinchada. Logró ser
tricampeón en 1994-1995-1996. En 1997 se
consagra subcampeón de la Copa libertadores con el Sporting Cristal. Quizás los hinchas
cerveceros los recuerdan rompiéndole la cintura a McCallister de Racing Club en
una goleada 4-1 en la que el colorado tuvo que ser reemplazado por Zanetti. Julinho,
tanto en Lima como en Avellaneda, se cansó de bailar a sus marcadores.
Sus
goles y toque fino goles lo llevaron a la selección. Tuvo un paso breve
pero con muy buen ánimo aceptó ser
convocado y nacionalizarse. Cantaba el himno por partes con acento brasileiro
pero siempre sonriendo. Tenía razones: su hijo Lucas había nacido en Perú. La
hinchada celeste lo quería y la afición en general lo estimaba; si hubiese
ido cualquier equipo de Perú lo hubiesen
aceptado. Julinho de esos tipos que caen bien. En los 90’s nos recibió en su
casa en San Isidro-Lima dos veces para hacer una entrevista(la fotos
de la primera entrevista salieron
veladas).
Con la
selección peruana llegó anotar un gol ante Venezuela por una eliminatoria
y gritó su gol como si hubiese nacido en el Rímac o cualquier distrito del Perú.
Ese gesto creo hizo que incluso hinchas de otros equipos( las rivalidades
enconadas en los equipos capitalinos es inmensa) validaran su presencia en el
seleccionado.
El equipo
peruano no clasificó al mundial Francia 1998 pero fue , pese a su limitaciones
y la terquedad del recordado JC Oblitas, un cuadro que logró triunfos de visitantes
y que se le escapó la clasificación por diferencia de goles. Se recuerda que Perú empató con Chile en puntos pero la dupla
Zamorano-Salas se cansó de hacer goles y Perú , con un limitado Maestri,
estrellaba tiros en el parante casi de memoria. Quizás debido a esa falta de contundencia
Julinho fue llamado pero igual no alcanzó.
Quizás
Julinho hubiera podido rendir más si hubiese sido convocado al equipo peruano durante el tricampeonato
del Sporting Cristal en 1994-1995-1995 cuando rompía cinturas a domicilio. Apenas
si jugó dos partidos por la selección; en cambio en Cristal jugó desde el 1992
hasta el 2004 anotando cerca de 132 goles.
Quizás pudiéramos seguir especulando sobre Julinho y
caeríamos en esa adagio peruano del “ casi
casi” o sonaríamos repetitivos como la añeja canción “ quizás, quizás,
quizás”.
Como anécdota quedará que el buen Julinho
compartió equipo con el talentoso Bebeto
tanto en el Vitoria y el Flamengo. Obvio que Julinho no era Bebeto pero fue un
jugador correcto y hábil que tuvo la oportunidad de jugar por una selección
aunque no fue la de su país natal.
Su mayor triunfo fue indudablemente fue el “tri” con
el Sporting Cristal y el subcampeonato en la libertadores que irónica y
tontamente, el cuadro cervecero perdió ante un deslucido Cruzeiro. La hinchada
del Cristal siempre recuerda al menudo jugador
que incluso aceptó reducir su sueldo y acabar su carrera en la escuadra del Rímac algo no muy usual en
el mundo futbolero y mercenario de hoy; por eso cuando se le ve en la
tribuna o el club el Extremo Celeste siempre
evoca aquello de “ y ya lo ve, ese es Julinho y su ballet”.
A Julinho lo querían desde otras tribunas, incluso... es un tipo con mucho carisma y que quiere demasiado a este país.
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